EL GRAN APAGÓN: UN MUNDO SIN RADIO Y TELEVISIÓN
EL GRAN APAGÓN: UN MUNDO SIN RADIO Y TELEVISIÓN
Imagina despertar un día en un mundo
donde el sonido estático de la radio ya no llena las mañanas y donde los
televisores son solo artefactos polvorientos de un pasado olvidado. Sin
televisión ni radio, la vida sería como un programa de comedia sin risas de
fondo: incómoda y desconcertante. Este ensayo explora cómo la desaparición de
estos medios fundamentales afectaría al mundo de la comunicación y, en última
instancia, a nuestras vidas cotidianas. ¿Quién nos mantendría informados o, más
importante, entretenidos?
La televisión y la radio han sido
compañeros inseparables en la vida de millones de personas. Según el Pew
Research Center, el 85% de los adultos en Estados Unidos aún ven televisión
regularmente, y la radio sigue siendo la segunda fuente de noticias más
importante, con un alcance del 92% de la población adulta a nivel mundial según
Statista. Pero, ¿qué pasa si estos gigantes mediáticos desaparecen de un
plumazo?
Sin la televisión, los días de seguir
la trama enredada de las telenovelas, ver los noticiarios de las 7, o disfrutar
de esos comerciales que nunca faltan antes del final de la película, se
convertirían en recuerdos lejanos. La televisión, con su capacidad para reunir
a la familia en torno a un solo aparato, ha jugado un papel crucial en la
construcción de una narrativa compartida. De hecho, un estudio de Nielsen
mostró que en 2022, el 73% de los hogares estadounidenses veían televisión
juntos al menos una vez por semana, algo que iría desapareciendo en una era
post-televisión.
Por otro lado, la radio, ese fiel
acompañante de viajes largos y mañanas laborales, es más que solo una caja de
música y voces. En áreas rurales y remotas, donde la tecnología digital todavía
no llega con fuerza, la radio es una fuente vital de información. Según un
informe de la UNESCO, en muchos países en desarrollo, la radio sigue siendo el
principal medio de comunicación, con un alcance del 70% en áreas rurales. Sin
radio, muchas comunidades quedarían desconectadas, aisladas en un mundo cada
vez más interconectado.
Pero más allá de la pérdida de estos
medios tradicionales, la desaparición de la televisión y la radio representaría
un golpe devastador para la industria publicitaria. En 2023, la televisión
representaba más del 25% del gasto publicitario global, y la radio un 6%
adicional. Las marcas tendrían que encontrar nuevas formas de captar la
atención de los consumidores, probablemente invirtiendo aún más en el ya
saturado mundo de la publicidad digital, donde los anuncios pop-up y los videos
no saltables en YouTube son indispensables.
Y, por supuesto, no podemos olvidar el
impacto cultural. Programas de televisión como “Los Simpsons” o “Breaking Bad”
han moldeado la cultura popular durante décadas. Sin televisión, la transmisión
de cultura y valores a través de narrativas compartidas se vería gravemente
afectada. Sin radio, perderíamos ese sentimiento de conexión que nos brinda
escuchar las mismas canciones o programas que miles de otras personas al mismo
tiempo.
La desaparición de la televisión y la
radio no solo cambiaría la forma en que nos comunicamos, sino que podría
alterar profundamente la estructura misma de la sociedad. Las consecuencias
serían desastrosas: una cultura más fragmentada, una población menos informada,
y un mundo en el que la conexión humana a través de medios compartidos se
reduciría a algoritmos personalizados y pantallas solitarias. La ironía sería
que, en un esfuerzo por modernizarnos, podríamos estar retrocediendo, creando
un vacío que ni siquiera el último grito de la tecnología podría llenar. Así
que, antes de decir adiós a la televisión y la radio, tal vez deberíamos
reconsiderar lo que realmente estamos dispuestos a perder.
Mateo, tus datos corresponden a otros países. ¿Qué hay de Bolivia? Para hacer una buena proyección, debes partir de un dignóstico próximo y real.
ResponderBorrarNo recuerdo haber revisado este texto en clases.
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