EN EL AMOR Y LA GUERA TODO SE

 

EN EL AMOR Y LA GUERA TODO SE VALE

 

Daniel Briceño, experto en derecho público y análisis político electoral, señala que hay una necesidad de establecer y respetar límites en este sistema gubernamental. Briceño resalta la importancia de mantener los estándares de transparencia y responsabilidad en las acciones de las campañas electorales de postulantes a autoridades de un país. Él señala que los índices de guerra sucia en vísperas de comicios incrementaron de forma significativa. 

 

Briceño manifiesta que esto debe a que ganar o conservar el poder político implica una buena dosis de inteligencia, creatividad y astucia, no solo para ganar votos, sino, sobre todo, para derrotar a los oponentes. En ese momento entran en juego las campañas negativas en contra de otros candidatos. Se centran en hablar en contra del adversario, exponiendo las debilidades del mismos. Usualmente los postulantes que tienen poca preferencia y aceptación recuren a esta táctica para desprestigiar a aquellos que ocupan las primeras posiciones.

 

Briceño indica que las guerras sucias tienen mucho más efecto cuando los miembros de una comunidad no tienen interés en la situación política y social del lugar en donde habitan. Además, hay que tener en cuenta que las personas están saturadas por la información de contienda electoral que se comparte en ese tiempo. Y, esto lleva a que se interesen más en las falencias y  polémicas de un candidato, que en sus propuestas y proyectos para una determinada nación.

 

“En la guerra y el amor todo se vale”, reza un conocido refrán. Y, parece que muchos políticos lo aplican en las campañas electorales, todo en busca de enamorar a las personas y quedarse con su voto. Sin embargo, así como indicaba Briceño anteriormente, la verdad y la moral deben prevalecer ante la angurria de poder. Debido a estas prácticas repudiables muchos países no son capaces de salir de aquellas crisis que aquejan hace bastantes años. En conclusión, sí, todo se nos es permitido, mas no todo nos conviene; hacer uso de la guerra tuvo, tiene y tendrá consecuencias fatales.